martes, 1 de septiembre de 2009

SALVAR AL GRAN RIVADAVIA

Primero vinieron por nuestras casonas, luego fueron los árboles que en pleno verano cortaron sus brazos y de a poco fueron desgranando los adoquines y los cordones de las veredas.

HOY VIENEN POR EL CINE.

Al igual que la casona de Dolores 438 la aparición de un cartel de venta expresando las “bondades y beneficios” del terreno nos hace presagiar los peor, LA DEMOLICIÓN.

Con sus 17.32m de frente y 61,63m de fondo, la proximidad a la cabecera del subterráneo (algún día llegará) y las normas urbanas vigentes hacen que este predio sea apetecible para cualquier inversor y su valor de venta (U$S 1.000.000) aún más.

Hoy, a pesar de sus puertas cerradas podemos apreciar su arquitectura racionalista, su acceso amplio sin columnas enmarcadas por amplias escalinatas, su fachada libre de ornamentaciones salvo algunas líneas verticales que enfatizan su gran ventanal y le dan majestuosidad a su altura, haciendo de esta construcción sea única en el barrio y hasta nos animaríamos a decir en una amplia zona de la ciudad de Buenos Aires.

Pero la posible demolición va más allá de perder una edificio de valor arquitectónico, se van nuestras vivencia como vecinos, desaparece un lugar (de los pocos que nos quedan) de permanencia, de recuerdos.

Siendo aún chico quien no empezó a salir solo con amigos e ir al cine del barrio o la primera novia y un beso con la simple luminosidad de la pantalla, cuantas historias refleja este cine.

No era un simple cine de barrio, competía de igual a igual con los de la calle Lavalle o con los del barrio de Flores: el Fenix, el Pueyrredón o el San José de Flores, entre otros, hoy desaparecidos.
No fue solo un cine donde con una entrada se podía ver tres películas, los estrenos del centro también se estrenaban en la Gran Rivadavia, así el vecino de Floresta no necesitaba viajar hasta la calle Lavalle o Corrientes para verlos solo era ir hasta “el cine del barrio”.



Podemos decir que el nombre de GRAN estaba bien puesto.


Pero no solo fue cine, fue también teatro y por allí pasaron actores y actrices de fama nacional e internacional o músicos de renombre como Luis Alberto Spinetta o León Gieco entre otros, es solo buscar en los archivos de los diarios y ver la publicidad de las funciones que allí se daban, no daba para envidiar a los teatros del centro.


Hoy desde SALVAR A FLORESTA llamamos a todos los vecinos a tomar conciencia de esta realidad, y los convocamos a estar alerta, nuestra intención de proteger y salvar al cine, la empresa no es imposible, hay ejemplos como el teatro 25 de mayo de Villa Urquiza, y el Cine-Teatro San Pedro en Monte castro donde con voluntad, esfuerzo y unión se puede realizar grandes cosas en beneficio del barrio.
Y tomando como bandera las estrofas que alguna vez León Gieco cantó sobre el escenario del Gran Rivadavia.

“La cultura es la sonrisa que brilla en todos lados
en un libro, en un niño, en un cine o en un teatro
solo tengo que invitarla para que venga a cantar un rato
Ay, ay, ay, que se va la vida
mas la cultura se queda aquí”

Y queremos que aquí se quede.

5 comentarios:

  1. Cuando fuimos a ver y escuchar a Luis Alberto Spinetta en el Gran Rivadavia, me acuerdo que no alcanzaron las 1400 butacas y que algunos, entre ellos mi hermana, ¡tuvieron que sentarse hasta en el piso! ¿Cómo se hace para demoler tantos recuerdos?

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  3. Amigo Sergio, creo conocerte...yo soy sebastian el dueño de la vinería que esta casi frente al cine al lado del lavadero de autos. Coincido en todo lo que decis. Me cayò de casualidad este blog. y justo leo los comentarios. No tengo en floresta tantos años como vos, solo soy comerciante desde hace 9 años en el barrio.
    Al cine lo conoci funcionando. y es una pena que no sea rentable. Pero que bien le vendria al barrio un bruto shoppingg (con cines claro) cono el shopping limiers por ejemplo. Y como decis, se puede respetar o hacer respetar la fachada històrica del cine y listo. Creo que los que lo han comprado, porque YA SE VENDIO. esto es sabido por rodo el barrio, no tienen intenciones de demolicion ni nada parecido.
    Un abrazo y tenes razon. este blog lo maneja gente que quiere de alguna manera figurar en alguna parte... un abrazo
    Sebastian

    ResponderEliminar
  4. No todos podemos pensar igual, los debates y las discusiones en buenos terminos enriquecen a todos, por eso en este blog u en el otro de Salvar a Floresta se han mantenido los mensajes que difieren de nuestra forma de pensar, nadie es dueño de la verdad absoluta, pero no vamos a permitir insultos y abravios tanto a nuestras personas o como a cualquier otra persona que dejen comentarios en estas páginas, por eso se ha eliminado el comentario del sr. Sosa.
    Muchas Gracias

    ResponderEliminar
  5. Claro, Sebastián. Usted lo dijo muy claro. Un bruto shopping. El adjetivo BRUTO cae como anillo al dedo. Es justamente de lo que se trata. De que quieran hacer de nuestro barrio y nuestra ciudad un BRUTO shopping. ¿No les alcanza con los que ya hay? Dentro de poco hasta en los baños de nuestras casas nos van a instalar un shopping y no sé si va a quedar alguno que, con tanto shopping, vaya a comprar a su vinería.
    Desconozco quién es la gente de Salvar a Floresta porque los descubrí hace apena unas semanas, pero adhiero a su propuesta de la defensa de la cultura (recuerde que el Gran Rivadavia además de cine es teatro y la intención es sobre todo salvar el teatro) para tratar de llegar a ser un poco menos BRUTOS de lo que ciertamente somos.

    ResponderEliminar